Los afiladores

Os afiadores era uno de los oficios más duros en las herrerías gallegas porque además del duro trabajo en la “moa” (muela) presionando con sus brazos con habilidad la pieza que debían afilar, la mayoría hoces, pero también cuchillos y herramientas agrícolas de todo tipo, tenían que preparar esa muela picándola para que estuviera igualada y en perfectas condiciones. Era además un oficio peligroso porque en alguna ocasión esas muelas se rompían y salían despedidos los trozos en alguna ocasión hacia el afilador, que se protegía por una dura coraza de cuero que a veces no impedía que el golpe ocasionase heridas de mortalidad. Se pagaba por pieza afilada o bien por jornales y solían cobrar cada día que acudían. La mayoría eran fieles a un herrero e iban durante años a esa misma casa, por lo que eran uno mas de la familia, comían con ellos y compartían no sólo las jornadas de trabajo, sino también las festivas.

O descanso dos afiadores
En Carboeiro: Cuque de Alejandro, Pepe do Rego, Tito de Alejandro, Pepe de Xirómeno e Mino, facendo un descando na súa labor de afiadores
Carboeiro (Espasande de Baixo), década de 1960

Fuente informativa: Blog “Riotorto no tempo”
José María do Louro afiando un fouciño
Moa do Louro (Ferreiravella), década de 1950

Afiando en Lorigados
Nesta imaxe aparecen dous veteranos afiadores, Manuel Mazón Fernández (dereita) e Manuel Carballeira Pacio (esquerda), traballando na moa de Mazón, en Lorigados
Lorigados (Espasande de Baixo), década de 1980

A moa do Tomaso
Suso de Federico, ferreiro de Espasande de Baixo, a carón da moa do Tomaso, situada á beira do rego de Ferreiravella, entre A Cruz e O Navallo. Esta moa funcionou antes como muiño (Suso está sentado enriba dunha das súas pedras)
As Insuas (Espasande de Baixo), década de 1950